«Para mi corazón basta tu pecho, para tu libertad bastan mis alas. Desde mi boca llegará hasta el cielo lo que estaba dormido sobre tu alma. Es en ti la ilusión de cada día. Llegas como el rocío a las corolas. Socavas el horizonte con tu ausencia. Eternamente en fuga como la ola. He dicho que cantabas en el viento como los pinos y como los mástiles. Como ellos eres alta y taciturna. Y entristeces de pronto, como un viaje. Acogedora como un viejo camino. Te pueblan ecos y voces nostálgicas. Yo desperté y a veces emigran y huyen pájaros que dormían en tu alma», Poema XII de 20 poemas de amor y una canción desesperada, de Pablo Neruda.

Tras el bonito poema de este escritor os quiero mostrar una boda especial, de esas que dejan huella. ¿Las protagonistas? Lore y Sandra, Sandra y Lore. ¿El lugar elegido? La casona rural de Artiñano Etxea, ubicada en Orozco, un pequeño pueblo cerca de Bilbao.
Cuentan las fotógrafas de Días de Vino y Rosas que ésta es una pareja de la que te enamoras «en lo que se termina un viernes y transcurre un sábado». Los motivos son sencillos: por su encanto, su dulzura y su forma de hacerte sentir parte de esa familia de amigos con la que iban a celebrar su boda.
Todos los que organizaron este día fueron amigos e invitados. Unos colocaban las flores mientras otros improvisaban la ceremonia en el exterior. Algunos colocaban las cervezas y limonadas a la entrada y otros los detalles de la decoración por la planta baja. Por su parte desde el catering empezaban a preparar el cóctel y banquete, con toques catalanes pero desarrollo principalmente mejicano. De hecho, el tequila fue una clara declaración de intenciones. ¡No te pierdas esta preciosa boda!




































Los vestidos de novias, los ramos, sus zapatos, los detalles, el banquete, la decoración… Todo hizo que esta pareja crease un día a su gusto y a su manera que, sin duda, ¡ninguno de sus invitados olvidará jamás!