Es una pequeña isla tunecina que sin embargo tiene de todo para unas buenas vacaciones: playas estupendas, restaurantes con buena gastronomía y zocos con encanto. Pero aunque ahora es tranquila y muy segura, hubo una época en la que por aquí pasaron casi todos los piratas del Mediterráneo…Hoy te contamos la interesante historia oculta de este rincón del país lleno de diversidad y mezcla.
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Experiencias únicas de Navidad en Túnez
Es una país diverso que tiene casi de todo. Siempre hay cosas por hacer y por descubrir, y experiencias de las que no puedes disfrutar en ningún otro lugar…Ven conmigo a uno de esos lugares a los que siempre hay que volver.
UNA NOCHE EN EL DESIERTO
No hay nada que se pueda comparar a lo que se siente levantándose en medio de las dunas y viendo los colores del amanecer en el Sáhara. Es el desierto más cálido del mundo y uno de los que tiene más magia. Y ahora se puede pasar una noche en jaimas pero con espacios comunes con comodidades difíciles de encontrar en medio de un inmenso mar de arena. El ‘campamento Zmela’, llevado por bereberes, os ofrecerá una cena para chuparse los dedos. Hablamos siempre de gastronomía tradicional muy sabrosa: la sopa de sémola típica del lugar, la sorba; el brik, una especie de empanadilla con huevo y después el cordero kusha que es una delicia porque está cocido en una jarra de barro y aderezado con patatas y vegetales. ¡Sabe a gloria!
Aventura en el desierto de Túnez
Hay muchos Túnez y todos están en este, pero si hay uno que atrae por su halo de misterio y peligrosidad, por su fama de indomable y bello es el Túnez del desierto del Sahara, una franja inagotable de arena que devora todo el norte de África y que es tan grande como Estados Unidos…
Vida de un gladiador
Son personajes oscuros y misteriosos cuya vida ha despertado siempre curiosidad, los Gladiadores romanos. Visitamos uno de los Coliseos en pie más espectaculares y mejor conservados del mundo romano…Está en Túnez, se llama El Jem…En sus galerías descubriremos cómo vivían estos luchadores que en cada combate se dejaban la piel.
El Jem es impresionante. Es impresionante por su tamaño, por su esplendor, por todo lo que transmite ahora que hace siglos que ha perdido su utilidad como edificio de ocio de multitudes. Fue el tercer Coliseo más grande del orbe romano. En sus gradas cabían hasta 30.000 espectadores muchos más que los habitantes que por aquel entonces tenía la población. Se llenaba con la plebe que venía de las poblaciones de los alrededores dispuestos a pasar el día entero viendo luchas de distintos tipos: de hombres contra hombres, de hombres contra bestias, de animales…