Amberes y las cosas que hay que saber de los diamantes

Hay quien cree que son los mejores amigos de las mujeres, el símbolo del amor eterno y la piedra que todo lo puede por brillante e irrompible. Te contamos lo que debes de saber sobre los diamantes, la gema más deseada de toda la historia y sobre la ciudad que por su historia es reconocida como su capital mundial. ¡Viajamos a la joya flamenca de Amberes¡

AMBERES, CIUDAD DE LOS DIAMANTES

Todos los diamantes pasan por Amberes al menos una vez en la vida porque, la ciudad flamenca acoge la única bolsa de esta piedra en bruto. Vienen una vez seguro, pero lo más probable es que sean dos, porque después de pulidos, el 50% del comercio mundial de estas gemas talladas, también se produce en las 4 bolsas que acoge la ciudad. Así que estáis en el lugar perfecto para haceros con uno.

Vamos a tener el privilegio de entrar en una de estas bolsas, un bastión fortificado sin coches de policía en la puerta ni militares blandiendo un fusil. 5.000 cámaras de seguridad vigilan todos los movimientos en las 3 calles más importantes del barrio (Hoveniersstraat, Rijstraat, Schupstraat), ubicado al lado de la espléndida estación principal que todavía hoy tiene la capacidad de quitar el hipo a los viajeros novatos.

Pero lo más sorprendente es que toda la actividad relacionada con esta piedra preciosa se desarrolla en apenas un kilómetro cuadrado, la mayor concentración  del mundo. 70 nacionalidades participan de una u otra forma en su comercialización o talla en las 1.700 empresas que se dan cita en este pequeño espacio.

NO EXISTEN DIAMANTES DE SANGRE

Por lo menos en Amberes. Las piedras pasan exhaustivos procesos para certificar su procedencia y también su valor. Uno a uno visitan laboratorios dedicados a acreditar las 4C que definen su precio. En inglés, ‘carat, clarity, colour and cut’. En castellano, quilates, pureza, color y corte. Todo ello lo definen expertos que observan la piedra a través de un microscopio y que no tienen permitido siquiera mirar el móvil. Se trata de conseguir que su concentración sea máxima.

Los certificados son piezas fundamentales de todo el proceso que también se basa en la trasparencia de las operaciones. Los acuerdos se gestionan en una enorme  sala con una pared entera de cristal para que las piedras se puedan ver con luz del norte. Normalmente los tratos se cierran por lotes. Es suficiente un apretón de manos y unas palabras en hebreo para que el acuerdo se dé por hecho. Pero aun así hay una semana para arrepentirse y después de ese tiempo se recibirá una llamada para corroborar la decisión. Si se acepta hay que cumplirla sí o sí. No hacerlo supone quedar excluido de todas las bolsas del mundo. Tu reputación te precede.

SOLO EL 5% DE LA PRODUCCIÓN VA  DESTINADA A JOYERÍA

Efectivamente, una parte muy pequeña de todo el comercio mundial del diamante. Solo las piedras más exclusivas, de mayor calidad y las que mejor se pueden rentabilizar. La mayor cantidad de piedras se producen en Rusia, Canadá y Australia. ¿Sorprendente, verdad?. Pero la mejor calidad proviene de los diamantes Africanos. Si os regalan uno de Lesoto, pensad como decía el anuncio y también Angela Basset, en el tema de la canción de James Bond, ‘Diamonds are forever’.

Los hay de muchos colores, prácticamente de toda la escala del arco iris, aunque los más caros, son, obviamente, los más raros, los rojos. Pero los diamantes están más presentes en nuestra vida de lo que creemos. Están, por ejemplo en muchas herramientas médicas de odontología, oftalmología y cirugía. También en máquinas para serrar, pulir o agujerear rocas o superficies muy duras.

DIVA, EL MUSEO DEL DIAMANTE QUE HAY QUE VISITAR

Un espacio moderno abierto en 2018 y con 5.000 metros cuadrados de museo interactivo que os permitirá viajar por la historia de esta piedra que siempre fue reconocida como distinta, rara y cara. Los griegos la consideraban ‘invencible’, de ahí su nombre, los indios sagrada, los romanos la montaban en anillos que portaban en las batallas como amuletos de la buena suerte. En la Edad Media se los recetaban a los más ricos para intentar curar la peste, y en algunos países como Francia se promulgaron leyes que prohibían portarlos al común de los mortales, porque se reservaban para los reyes.

En fin, el museo recorre toda su historia y muestra alguna pieza realmente excepcional como un collar-cremallera que fue propiedad de la Duquesa de Windsor diseñado por Van Cleef & Arpels, o alguna de las estrellas que lucía en el cabello la Emperatriz Sisi. Si os acercáis ahora que todavía no ha llegado el invierno, podréis disfrutar la segunda edición de la Cámara de las Maravillas, la ‘Wonderkamer’una exposición temporal dedicada a alguno de los diseñadores locales que han trabajado con esta piedra preciosa. La invitada de este año es la firma ‘Wounters & Hendrix’, fundada y capitaneada por dos mujeres valientes que en 1984 decidieron unir sus destinos y llevan 35 años funcionando.

Amantes del surrealismo y de lo punk, al principio no se decidieron a trabajar con diamantes para asegurarse que sus diseños eran asequibles para todo el mundo. Pasado un tiempo no se pudieron resistir a esta hipnótica piedra que han integrado en sus colecciones. Os animo de verdad a que visitéis su tienda de Amberes (también las tienen en las ciudades más importantes de Bélgica). Sus colecciones son muy singulares. Con nombres como ‘love, storys and symbols’ cuya pieza más icónica es un collar con labios como símbolo del amor y la pasión, o ‘La fête des bêtes’, Karen Hendrix y Katrin Wouters ofrecen tallas exclusivas, a un precio más que razonable, que han portado personalidades como Michelle Obama. Atención al broche de imperdible con enorme perla de papel maché porque desde que Emilia Clark, protagonista de Juego de Tronos, puso sus ojos en él no dan abasto con los pedidos. 

ALGUNOS CONSEJOS PARA DISTINGUIR LOS DIAMANTES

Os he dicho al principio que Amberes puede ser el lugar ideal para compraros un diamante, o para que os lo compren…Pero cuidado dónde lo hacéis porque os puede costar un disgusto. Primero tenéis que buscar el certificado que acredita su calidad, nos advierte Isabel Casals Cobo, una española que hace años se marchó a la ciudad del Escalda por amor. Conoció a su marido , Mike, en Barcelona, durante unas vacaciones. Él tenía 15 años, ella 18 y fue amor a primera vista . Tras años de vivir separados, Isabel decidió dar el salto para integrarse en el negocio familiar, una joyería en la que se compran y engarzan todo tipo de diamantes. ‘Rudiam’ fue puesta en marcha por su suegro, ‘Rudi’, un señor que empezó desde cero. Estudió el arte de pulir y a partir de ahí frecuentó la Bolsa para comprar las gemas y trabajarlas. Poco a poco fue ganándose un espacio en el sector y ahora os aseguro que es una joyería de confianza, el lugar perfecto para que os asesoren sobre una joya considerada eterna. 

Isabel conoce ya muy bien el negocio y nos da algunos consejos para que aprendamos a reconocer las gemas auténticas de las que no lo son. Para empezar el diamante no pesa, es carbono puro, así que es ligero como la pluma. Lo atrae todo. Es un imán para la suciedad, fundamentalmente el polvo, por lo que, importante que está engastado de forma que se pueda limpiar fácilmente con alcohol.

En cuanto tiene algo de grasa, mismamente de la mano, si lo acercamos a un espejo se quedará pegado. Es frío como un témpano de hielo, y si lo miramos a través de una lupa debemos de ver una estrella perfecta. Si no, es circonita.

CUANDO SE EMPEZARON A PONER DE MODA COMO REGALO DE COMPROMISO

El primero que lo hizo fue Maximiliano de Austria que en el año 1477 obsequió con un diamante a su prometida María de Borgoña como regalo de compromiso. Después tuvieron que pasar muchos años para que se considerara la gema más adecuada en los enlaces. Siglos después ’De Beers’, firma de Amberes que desde hace siglos trabaja con diamantes, puso de moda los diamantes en una campaña publicitaria sin precedentes que seguro que todas recordaréis: ‘un diamante es para siempre’, pero lo cierto es que hasta el siglo XV eran piedras engarzadas sin tallar, que se consideraban amuletos y que portaban únicamente los hombres. ¡Cómo hemos cambiado! 

SE PRODUCEN DIAMANTES SINTÉTICOS EN EL LABORATORIO

Y tienen todas las propiedades que los naturales. Las mismas. La misma dureza, pureza y quilates. Son mucho más baratos porque se fabrican en apenas 2 o 3 días en un laboratorio, sometiendo al carbono a enormes temperaturas y presiones que desencadenan una pequeña explosión.

Como digo son un 70% más baratos que los naturales, a pesar de que no hay forma de distinguirlos a simple vista. Solamente en un laboratorio se puede ver la diferencia a través de un microscopio…Y sin embargo la mayoría de los diamantes sintéticos se reservan para uso industrial. Si podemos elegir, la mayoría de las mujeres no podemos resistirnos a lucir una piedra nacida y arrancada de las entrañas de la tierra.

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