Paseo por la mejor sala Business del Mundo

Es más grande que el aeropuerto de Munich y ofrece todo lo imaginable para el viajero agotado: masajes, cabinas para descansar, scalextric, sala de cine, billar, biblioteca y platos de las distintas cocinas del mundo elaborados en el momento por cocineros profesionales… La sala VIP de Turkish Airlines en Estambul es un paraíso de 5.900 metros cuadrados que puede convertirse en una experiencia inolvidable por sí sola. Hoy nos damos un paseo por la proclamada como mejor Business Lounge del mundo y por la escuela de pilotos de una compañía que según los premios más importantes de la aviación fue la mejor de Europa en 2016…Pero antes de despegar, vamos a asomar la cabeza a ese escondido lugar en el que los más privilegiados aprovechan las horas de conexión.  

Son dos pisos unidos por una elegante escalera con dos brazos. Parece un centro comercial con todo lo necesario para hacer feliz al viajero moderno. Nada que ver con los comerciantes que atravesaban el territorio hace siglos siguiendo la ruta de la seda. La sala Business de Turkish Airlines en Estambul hace desear que tu conexión entre vuelos, sea larga, de muchas horas…Solo así te librarás de la sensación de que no disfrutas de todas las posibilidades que te ofrece. Hay cabinas provistas de confortables camas para aquellos cuya conexión sea de muchas horas. Pero si no es el caso las posibilidades son grandes: para empezar scalextric de grandes dimensiones, sala de cine con palomitas incluidas, mesa de billar para echar una partida con los amigos y biblioteca para brujulear entre fantásticos libros que te lleven lejos.  

Pero como ya se sabe que la felicidad también está en el estómago, atención a lo que voy a contar sobre la comida que se sirve. Está toda elaborada por cocineros expertos que preparan los platos al momento. ¿Imagináis algo así en una aeropuerto? ¿Algo que no está precocinado?¿O envuelto en plástico?. Pues aquí disfrutaréis con elaboraciones gastronómicas de todas las partes del mundo: italiana, turca, asiática, india, europea… de la sartén o el horno al plato en un santiamén. De los postres y tartas, ni hablar. Todas caseras, y deliciosas, claro: de nata, almendra, chocolate, fresa, caramelo…¡El imperio del azúcar al poder!.  

Sospecho que en el nuevo Aeropuerto de Estambul, ese que se estrenará a finales de año, en octubre, y que tiene la vocación de convertirse en el más grande de mundo, dulces como éste no faltarán. La nueva terminal tiene unas cifras de vértigo: su coste es de más de billones de Euros, tendrá una extensión de casi millón y medio de metros cuadrados construidos y capacidad para 90 millones de pasajeros al año. ¡Lo nunca visto!  

Pero la excelencia de una compañía no se ve solo en sus instalaciones, sino, sobre todo en la formación y seguimiento de sus pilotos. Turkish Airlines tiene escuela propia, no todas las compañías se lo pueden permitir…En el centro de entrenamiento de Estambul, creado en 1995, contamos al menos 8 simulares de los distintos modelos de aviones que vuelan por todo el mundo. No hay que olvidar que hablamos de una aerolínea que es la primera por destinos, 303 en total, y que vuela a 120 países. Más de 51.000 empleados se encargan de cubrir todas las necesidades de los 138 millones de pasajeros del último año y de los 517 aviones de la flota. Esos aviones se dejan en manos de pilotos que renuevan su licencia 2 veces al año para refrescar conceptos y enfrentarse a situaciones límite.  

El resto de las compañías lo contemplan solo una vez cada 12 meses. Lo mínimo que marca la ley. “Son situaciones muy estresantes”, nos cuenta el capitán Batu Demir porque les someten a todas las emergencias a la vez. Dos o tres horas dentro del simulador con tormentas, vientos, lluvia, fallos de motor, incendios y demás incidencias agotan a cualquiera… La renovación de la licencia, obligatoria para todos los comandantes incluye el enfrentarse al aterrizaje de algunos de los aeropuertos más complicados dentro del planeta. Entre ellos hay 2 en España que son famosos por sus duras condiciones, el de Bilbao y el de Pamplona.

4.500 pilotos de los cuales 300 de Turkish Airlines pasan cada año por este centro de formación que también prepara a toda la tripulación para los aterrizajes de emergencia, y que está presidido por ‘Wingo’, la mascota de la compañía. Se trata de un monísimo ganso salvaje que, aunque no lo parezca, es el que se ve en el logo. La elección no es casual, este animal fuerte y muy potente, y es el único del mundo capaz de volar a 10.000 metros de altura, la misma de los aviones.  

El pequeño museo de la entrada repasa la trayectoria de esta empresa que en menos de un siglo se ha convertido en una de las más exitosas del mundo de la aviación. ¡Quién lo iba a decir cuando en 1933 se realizó el primer vuelo entre Izmiz, Istambul, Ankara y Adana!. Los hombres que formaron parte de aquel emocionante momento, y la primera mujer que se unió a la tripulación, Adile Tugiul, jamás hubieran imaginado lo que iba a cambiar el mundo en solo unas décadas.

 

 

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