Fin de semana en Avignon

Es la capital de Vaucluse, en la Provenza francesa, y una ciudad llena de historia y vida. El lugar perfecto para descansar en verano, o el sitio ideal para disfrutar de un fin de semana. Hoy nos vamos a Avignon, la ciudad elegida por los Papas para ‘exiliarse’ de la pesada y peligrosa Roma, y la sede del festival de teatro moderno más famoso del mundo…

Es imposible comenzar la estancia sin pasar por el edificio más monumental y espectacular de la región. El palacio más grande del gótico con más de 15.000 metros cuadrados y la sede del poder eclesiástico durante 70 años. ‘Le palais des Papes ’ enseña una imponente portada que provoca respeto atravesar. Tras sus puertas, las estancias que han acogido hasta 7 cónclaves. Muchas de ellas están vacías y periódicamente exhiben exposiciones temporales, pero todavía muestran la grandeza de su arquitectura y la riqueza de su ejecución. De sus cocinas salían hasta 600 raciones de viandas para los comensales que acompañaban al Sumo Pontífice, el único con un cuchillo entre sus cubiertos. Eran tiempos peligrosos e inestables en los que los enemigos del papado conspiraban a sus espaldas.

Sus estancias privadas son lugares fabulosos, ricamente decorados con murales. Ninguno de los 7 Príncipes de la Iglesia reconocidos que descansaron aquí lo hicieron solos. Siempre estaban acompañados en la misma habitación de su criado y su guardia personal, un guardaespaldas que no le dejaba ni a sol ni a sombra. Eran épocas muy oscuras en las que las intrigas se deslizaban por los pasillos. Posiblemente el lugar que mejor muestra lo peligroso de ese entorno era la llamada Sala de Audiencias, la estancia pública en la que se entonaba el ‘mea culpa’ delante de los purpurados sentados en semicírculo frente al ‘reo’ en un tribunal capacitado para decidir sobre la vida de las personas.

En la enorme plaza central sacaréis magníficas fotos de este fabuloso edificio de fachada apabullante. También allí se ubica la Catedral románica coronada por una gran estatua de casi 5 toneladas representando a la Virgen. Al lado, los jardines Rocher des Doms, en lo alto de la colina, ofrecen una increíble vista del Ródano, del conocido Mont Ventoux y de algunos de los pueblos de los alrededores que crecieron en las faldas de Avignon.

Podéis descender del jardín por el ‘paseo de los papas’, una senda que aseguran que transitaron casi cada día los Purpurados que durante 70 años estuvieron instalados en esta fabulosa ciudad francesa, más limpia y menos peligrosa que lo que en aquella época era Roma. Llegaréis al delicioso ‘Cinema Utopia’, antigua fábrica ahora reconvertida en uno de los lugares más bohemios y frecuentados de la capital en las tardes de verano. El delicioso kiosco suele estar lleno de estudiantes que participan en los debates y conferencias que a veces acompañan a los pases.

Seguro que ya hay hambre, así que nos acercamos al Mercado Cubierto de Les Halles. Adentrarse en él tiene algo de la magia igual que traspasar el umbral de un bazar gastronómico en el que los sentidos explotan. Los olores del pescado o la carne cruda saturan la pituitaria. Los quesos, los encurtidos y los dulces ponen alerta nuestros ojos que están a punto de salirse de las cuentas. Todo parece delicioso…Allí podéis tomar un tentempié o directamente comer un buen menú.

Seguimos nuestra ruta de fin de semana en el otro punto fundamental del recorrido: el famoso puente de Avignon, que dice la canción. ‘Sur le pont d’Avignon, on y dance, on y dance; Sur le pont d’Avignon, on y dance tous en rond’. Es una canción infantil de letra muy sencilla: ‘sobre el puente de Avignon bailamos, bailamos, sobre el Puente de Avignon, bailamos todos en corro’. Letra muy sencilla aunque no refleja la realidad porque cuentan que ni se baila ni se bailó nunca sobre este puente que llegó a medir un kilómetro y que cuando se levantó por primera vez, en el siglo XII, unía el territorio francés con esta zona de la Provenza, entonces independiente. Se pagaba un buen peaje por atravesarle, fue por el que llegaron los 7 Papas reconocidos por la Iglesia que rigieron los destinos desde esta ciudad durante 70 años.

El puente ha sufrido varias desgracias, la última provocada por un enorme desbordamiento del Ródano, que acabó con 16 de las 20 arcadas que todavía estaban en pie. Hoy es un punto neurálgico de Avignon, sobre todo por la cantidad de turistas que acoge.

Marchamos ahora a un barrio un poco apartado y a una calle con fama de bohemia, la ‘Rue des Teinturiers’, al lado del canal. Pero antes asomamos un poco la cabeza en la calle de la ‘Bonneterie’, la calle del sujetador de cuero, un lugar con bastante éxito de público ahora y siempre…

Teinturiers está llena de restaurantes pequeños y coquetos ,y terrazas en las que disfrutar del trinar de los pájaros y del ruido del agua del canal. Al entrar nos topamos con la ‘Penitent Gris Chapelle’ una curiosa capilla compuesta por diferentes estilos arquitectónicos que van desde el XVI hasta el XIX. A solo unos metros veréis el teatro Albatros. Es uno de los muchos espacios que durante estos días de julio acogen representaciones del festival para un público mas reducido. A las grandes actrices como Isabel Hupert, que estuvo hace unos años, las veremos siempre en Palacio Papal, pero en estos pequeños espacios, hasta 126, también se ponen en pie obras más modestas que esperan el respaldo de algún productor que reconozca el talento.

Paseamos por la Rue des Teinturiers y conocemos a personajes singulares, como el dueño de ‘Vassana’, una tienda con vestidos y corpiños de estética particular, como su dueño, que no se deja fotografiar aunque al final accede para darnos gusto. Vende en la puerta camisas masculinas de distintas épocas. ¿Sabíais que las que llevan los personajes de D’Artagnan, Fanfan la Tulipe y Romeo, el de Julietta son distintas? Aquí las tenéis…

Avignon tiene en el centro una buena zona de compras con muchas pequeñas boutiques en las que lo más importante es el gusto del dueño/a. Es una delicia poder saltar de una a otra buscando una ganga o un pequeño tesoro del que presumir. Sus escaparates son fabulosos…Y perdida por el centro encontré tiendas como Mellow Yellow, con zapatos diferentes y atrevidos, Minelli, con cuñas africanas y tachuelas por doquier las ya clásicas ‘Tropeziennes de MBelardi’ Podéis hacer compras, o no pero no os podéis marchar sin probar las probar los famosos papalines d’Avignon, un dulce típico que encontraréis en algunas pastelerías de la ciudad como la ‘Rue du Vieux Sextier’, la calle de los viejos sextercios.

Imposible quedarse con mejor sabor de boca para volver a esta maravillosa ciudad francesa llena de tantas cosas únicas.

El aeropuerto que os queda más cerca es el de Marsella, al que la compañía ‘Air Nostrum’ llega a diario desde Madrid en temporada alta.

 

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