Está a la vuelta de la esquina, a sólo unas horas de tren, y ofrece todo tipo de alternativas para pasar unos días inolvidables: visitas históricas, experiencias gastronómicas, paseos urbanos y treking en plena naturaleza. Carcassonne es un lugar a tener en cuenta si buscáis un destino que os sorprenda…Buscamos la misteriosa y desconocida herencia cátara…¿me acompañas?
Visita a la fortaleza medieval de Carcassonne
Mucho se podría escribir sobre este fabuloso recinto que se ha conservado casi de milagro. Entrar en Carcassonne hoy en día sigue impresionando por el poder y la fuerza que transmite. Si conseguís llegar a primera hora de la mañana disfrutaréis de la quietud de un lugar en el que solo viven 40 personas, pero que en verano tiene sus calles abarrotadas de turistas…Ahora, sin embargo, es buena época para disfrutar del lugar, incluso con niños porque la oficina de turismo ha puesto en marcha una especie de ‘yincana’ para los más pequeños que les mantendrá entretenidos por todo el perímetro amurallado.
Carcassonne es uno de los poquísimos lugares del país que da fe de 2500 años de historia porque fue levantada en el siglo IV a.C y fortificada por los romanos en el siglo también IV, pero d.C. La muralla galorromana no impidió que fuera conquistada por los visigodos, los sarracenos y los francos, pueblos todos de los que actualmente no queda ninguna huella. Sólo los muros de la Ciudad Medieval recuerdan lo que algún día fue, y dan testimonio de las paupérrimas casas pegadas a las murallas en las que durante siglos vivían los más desfavorecidos.
Hoy conocemos la ciudad debido a la dinastía de los Trencavel que se establecieron en ella y que edificaron el castillo que aun existe en el siglo XII. Pero si los Trencavel colocaron a Carcassonne en el mapa, también fueron los indirectos responsables de su desgracia al ser declarados enemigos de la Iglesia por dar protección a los cátaros. De esta religión hay libros enteros escritos, y aunque yo no tengo tanto espacio para hablaros de ello largamente, sí me gustaría dejaros algunas ideas básicas de quienes eran y de por qué fueron exterminados. Los cataros eran cristianos que acabaron constituyendo una rama religiosa que chocó de frente con la ortodoxia del Vaticano. Eran radicales en sus creencias y vivían en una profunda espiritualidad que calificaba de fraudulenta los poderes terrenales. Rechazaban el materialismo, trataban a las mujeres y a los hombres como personas iguales y con los mismos derechos, aceptaban la diferencia de credo, defendían el amor libre y afirmaban que el infierno, tal y como lo predicaba la Iglesia, no existía. Tampoco practicaban su culto en iglesias, porque consideraban que el mayor templo estaba dentro de uno mismo. El caso es que el catarismo acabó poniendo en entredicho la autoridad del Vaticano y su concepción del bien y del mal por lo que al alejarse de la ortodoxia, el Papa Inocencio III puso en marcha una serie de campañas bélicas que acabaron con su exterminio.
Carcassonne fue víctima de estas cruzadas y cuando Raymond Roger Trencavel fue declarado enemigo de la Iglesia por su protección a los cátaros, decidió encerrarse en la ciudad en 1209. Los guerreros del Papa sitiaron la ciudad que acabó rindiéndose por la falta de víveres y agua. El castillo actual es un gran museo en el que se puede recorrer diversas salas que hablan de la historia ,a veces olvidada, de este lugar y de su controvertido ‘salvador’ Viollet le Duc que comenzó una restauración no siempre entendida por todos. Carcassonne tiene una espanta exterior imponente, muy parecida a la que seguro veían los caballeros medievales que por aquí paraban. La podréis contemplar con detenimiento mientras os encamináis a la parte más nueva, donde residen los lugareños y donde encontraréis el fabuloso ambiente navideño de estas fiestas.
Pistas de patinaje, casetas para comprar regalos, vino caliente para entonar el cuerpo y hasta una noria gigante para divisar la ‘Cité Medievale’ desde lo alto. Carcassonne tiene un pasado, pero también un presente que os puede dar muchas alegrías en vuestros días de vacaciones. ¡Aprovechad!.
Claire de truffes
Es una apasionada de las trufas, una mujer que ha levantado su pequeña empresa y que ofrece la oportunidad de conocer de verdad el mundo de este champiñón totalmente desconocido para nosotros y por el que los grandes cocineros llegan a pagar auténticos dinerales. De formación bióloga, Claire trabajó durante años como investigadora, pero al volver a Francia para casarse, tuvo que inventarse una nueva vida. Se formó en París, entre otros con el gran Ducasse y ahora monta cursos para grupos en los que ofrece una enseñanza integral del universo de la trufa. Lo normal es comenzar con una charla rápida y amena para conocer lo básico y para aprender a distinguir los productos comestibles de los que no lo son, los productos auténticos de los tongos que os cobrarán a precio de oro…Solo 7 especies de trufas se pueden comer, pero hay hasta 200 variedad más distribuidas por el Hemisferio Norte. Primera pista, lo que huele a gasolina, no es trufa…Y segunda, si es demasiado barato, tampoco es trufa.
Después viene lo mejor: la degustación y el taller de cocina. En la primera parte veréis y oleréis las 7 variedades de las que os he hablado: la trufa de verano, la Bourgogne, la Meuse, Brumale, Noire, Borchii y trufa del Alba. Las tres primeras tienen toques de bosque, madera y humus; y en las 2 siguientes se distinguen olores más minerales. En las blancas, las dos últimas, distinguiremos sobre todo aromas a queso parmesano, ajo y flores…
La parque más divertida es la elaboración de un pequeño menú degustación cargado de producto. Os pondréis el delantal y a mancharos las manos con este manjar que, por lo menos en mi caso, aprendí a apreciar y a valorar en estas pocas horas con Claire. Chicas, para que se os haga la boca agua, aquí va nuestro ‘sencillo’ menú: sopa de trufa, pasta con salsa de mantequilla de trufa y caracoles; y para finalizar helado de trufa, ¡delicioso todo!…Tanto que reconozco que casi acabo con un empacho.
Dormir en una cabaña en medio de un bosque…
Y no en sentido figurado, sino literal. ‘Les Cabanes dans le bois’, las cabañas en el bosque, son un hotel muy especial y el proyecto de un matrimonio que todavía se resiste a jubilarse…De momento son 23 cabañas a las que no les falta de nada, pero en unos años llegaran a duplicar esa cantidad. Entrar en cada una de ellas es como poner un pie en un cuento. Es sumergirse en un mundo irreal y lleno de calma en medio de un bosque en el que parece que Caperucita puede doblar la esquina. El habitáculo es un lugar muy confortable en el que es fácil aislarse…Y en el que sólo hay que tener una precaución: no dejar los restos de la cena en el suelo porque los jabalíes pueden aparecer como molestos compañeros de cabaña en medio de la noche…
La atmósfera del lugar, a solo unos kilómetros de Carcassonne ayuda mucho, pero también el gran trabajo de los arquitectos de Grenoble y Lyon que levantaron las construcciones. Arrancar el proyecto no fue fácil, necesitaron muchos permisos, algunos muy complicados, de las administraciones locales. Pero Erik y su mujer saben lo que es superar retos. Los dos tuvieron vidas intensas como empresarios. El primero como ‘inventor’ de ‘fun radio’, una emisora de cierto renombre que vendió hace ya años, y su esposa como empresaria de éxito en una clínica especializada de enfermos con alzhéimer.
El antiguo empresario de comunicación es ahora un cocinero estupendo como lo demuestra el fabuloso ‘cassoulet’ que nos preparó. ¡Madre mía, qué bomba!…¡Y qué delicia!. Es un plato típico de la zona que lleva salchicha de Toulousse, alubias blancas y pato, y que requiere una ‘mano muy fina’ porque hay que dejar cocer el guiso y luego bajar y de nuevo subir el fuego hasta en 4 ocasiones…Teniendo la precaución, claro, de que no se queme. Para mi, desde luego, ¡todo un arte!.
Erik nos recibió al lado del fuego con unos aperitivos deliciosos y una buena botella de champán para brindar.
-¿Nos hacéis una foto?, dijo alguien
-Venga, todo el mundo que diga ‘Sarkozyyyyyy’, apostilla un compañero
-Por quoi Sarkozy, (por qué Sarkozy), pregunta Erik sorprendido…
Se hace un silencio tenso y recordamos que estamos en una región tradicionalmente de izquierdas…
-Bueno, también podemos decir Carla Bruniiiiii
Lastours
Es una excursión para los amantes de la historia porque os sumergirá de golpe en el desaparecido mundo cátaro. Se trata de 4 torres que dibujan en el horizonte los restos de las fortalezas medio derruidas en las que vivían las familias nobles de la Edad Media. Los Castillos de Cabaret, Surdespine y Quertinheux probablemente fueron levantados a mediados del siglo XI y se convirtieron en testigos de los trágicos acontecimientos de la Cruzada contra los Albigenses. Los 3 mencionados, más la torre de la Reina estaban vinculados a los adeptos a los cátaros, los practicantes de esa religión que como os he contado acabó siendo extinguida a sangre y fuego.
La mejor vista del conjunto la tendréis desde el mirador de Lastours porque os permitirá divisar todo el espacio y regocijaros con la belleza de un lugar escarpado y etéreo. En verano organizan incluso campamentos como los de la época medieval en los que todo el pueblo se viste de época…¡Nos cuentan que la experiencia es soberbia y el ambiente inmejorable!
Si no estáis muy cansados y todavía os quedan fuerzas, aprovechad para hacer el paseo que lleva hasta alguna de las torres. Es empinado, pero llevadero, y permite hacerse a la idea de lo difícil que era la vida cotidiana en un paraje construido con fines defensivos.
Minerve
Es otra excursión estupenda, que os encantará, en la que podréis echar la mañana o la tarde. Minerve está muy cerca de Carcassonne. Es un pequeño pueblo que tiene una ubicación privilegiada porque está construida en un promontorio y rodeada de cañones naturales. Ahora muy poca gente vive en estas calles, pero en torno al 1200 fue una ciudad pujante donde residían los vizcondes de Minerva. Pero la cruzada contra los cátaros modificó sustancialmente el poder de la zona ya que Simon de Montfort, el jefe militar de la Guerra Santa, decidió tomar el lugar, hasta esos momentos inexpugnable.
Se colocaron enormes catapultas alrededor de todo el recinto, aunque la única forma de hacer capitular a la población fue atacando el único punto de agua del que se surtían. El inquisidor ofreció la oportunidad a los cátaros que se refugiaban en Minerve de convertirse, pero casi ninguno lo hizo y 140 practicantes de la religión considerada herejía, acabaron en la pira. Fue la primera gran masacre colectiva de esta guerra sin sentido que hoy es recordada por una escultura, ‘la Colombe de lumière’, la paloma de la luz, inaugurada en 1982 y obra de Jean-Luc Séverac.
Si tenéis tiempo recorred con un guía los caminos del fondo del barranco que sirvieron a los soldados para vigilar a los enemigos y hacer guardia…Contemplaréis los maravillosos colores de los cañones naturales de una población que encierra un capitulo importante de la historia medieval.