Dice el diccionario que lujo es ‘riqueza o suntuosidad’,’abundancia de cosas no necesarias’ o ‘cosa muy buena o extraordinaria’. De todas las definiciones que encontramos, la última es para mi la primera cuando hablamos de viajar…El ‘Crucero Australis’ por la Patagonia está lleno de experiencias que son un auténtico lujo…Porque, ¿qué es de verdad el lujo en estas tierras indómitas y salvajes?. ¿Qué es la excelencia cuando nos encontramos en medio de glaciares y bosques atlánticos a los que acceden contados humanos?
Pues para empezar el lujo es poder despertar cada mañana con un paisaje que te golpea la retina. En el ‘Stella Australis’ los camarotes son sencillos y cómodos, pero lo mejor es que todos son exteriores y tienen ventana panorámica. Da igual el piso en el que estés, en todos ellos tienes la oportunidad de levantarte admirando la cordillera Darwin o el Canal Beagle a través del que se aventuraron algunos de los más grandes exploradores, aventureros y científicos de todos los tiempos. Si os despertáis para fotografiar la luz del sol, no hay nada más reconfortante que degustar un café caliente mirando entre los grandes ventanales de su cuarta cubierta.
Lujo es poder quedaros contemplando embelesados los mil azules, blancos y pardos de los glaciares que descubriréis a vuestro paso. El Pía, el más grande, y el que podréis contemplar con más tiempo porque realizaréis un trekking inolvidable en el que no lo perderéis de vista ni un solo minuto. Su primera pared frontal de más de 1200 metros parece un cuadro llego de índigos, añiles, cobaltos, celestes, …Tonos que se consiguen por la refracción de la luz y que provocan una emoción que ningún aparato puede captar …Y si os quedáis con ganas de más, esperad a atravesar la avenida de los Glaciares, donde en pocos metros, y sin moveros del sofá, podréis admirar esas enormes masas de hielo que han recibido los nombres de las nacionalidades de los primeros europeos que llegaron a Tierra de Fuego. Está el España, Romanche, Alemania, Italia, Francia y Holanda, y todos los pasaréis degustando aperitivos típicos de esos países…Ya habréis adivinado que si hay algo garantizado es que vais a engordar por lo menos un poco…
Seguimos con los lujos asiáticos, o mejor dicho, patagónicos, que nos ofrece esta experiencia viajera, porque, ¿hay mayor lujo que reunirse con gente de tu mismo carácter, y con las mismas inquietudes?. Sentarse en la mesa el primer día con auténticos desconocidos y acabar el cuarto día con auténticos amigos con los que has compartido momentos inolvidables es otro de los grandes secretos de este pequeño-gran buque que lleva más de dos décadas surcando en exclusiva los canales patagónicos. La mía era la 18 y tuve el inmenso honor de compartir conversación con Annette y William Vázquez, dos argentinos que llevan 30 años viviendo en Australia. Dos personas excepcionales que creo que han vivido con honestidad y valentía su vida. No mucha gente lo hace y por eso hay que aprender de ellos. William es un arquitecto inteligente y sensible que tiene el poder de ver más allá de tus ojos; y Annette es una auténtica señora que camina sobre el barro como una princesa. Dos personas de lujo que recordaré toda mi vida…La tercera de la mesa es una colega excepcional, Nori Jemil. Una fotógrafa británica que recorre el mundo plasmando los paisajes más espectaculares con sus objetivos kilométricos. Vivió 6 años en Santiago y por eso dice que su alma es chilena. Pero lo más chocante de su personalidad es que no parece inglesa. Su carácter es totalmente diferente, y eso se lo debe a su padre, de orígen turco. Es alegre, extrovertida y al hablar mueve las manos como nunca haría un inglés. Ella fue mi más fiel compañera de ‘correrías’ y pequeñas maldades.
Me queda la otra persona que nos atendió con diligencia, humor y saber hacer en la mesa: José, mi camarero. Otra presencia imprescindible sin la que estos ratos no hubieran sido los mismos. Nunca dudó en atender todos nuestros comentarios y tengo que agradecer que él fue el responsable de ‘mi primer mate’. Entiendo que cuando has nacido tomándolo se debe de hacer muy raro que alguien te diga que no lo ha probado…Pero cuando William le contó a José mi “imperdonable falta” y le preguntó si se podía hacer algo al respecto, él no dudo en pedir prestado a un compañero una calabaza y una bombilla para preparar la típica infusión gaucha. William y el chileno se confabularon para brindarme un momento más para guardar en mi mochila vital: mi bautizo de mate.
El lujo también toma formas más ‘banales’, que no menos placenteras, como la de tomar un cóctel a la hora que quieras, totalmente gratis claro (todo está incluido en el precio final del trayecto) o el de disfrutar de muchas pequeñas actividades tipo como charlas o documentales de naturaleza en tu propia lengua y sin sentirte como un rebaño.
Para mi fue también un auténtico lujo visitar una pequeña localidad a la que nunca me habría aventurado si no fuera para coger el Crucero, estoy hablando de Punta Arenas, la capital de la Patagonia Austral. Su ubicación es estratégica geográficamente hablando por varios motivos, el primero lo notas nada más bajar del avión: el viento. Es constante. Nunca para y empuja a todas las horas del día. Dicen que en invierno hay que colocar cuerdas en algunas calles para que sus habitantes las atraviesen agarrados a ellas. No tendréis mucho tiempo, pero sí el suficiente para visitar el cementerio, con espectaculares mausoleos de época, y la Plaza Central en la que no debéis de dejar de besar el pie del indio de la Estatua de Magallanes. La leyenda popular dice que da suerte a quién lo hace y últimamente también asegura que permite volver a todo aquel que quiera…
Por si acaso aprovechad y comprar lo que os guste de los puestos artesanos que hay a pocos metros…La mayoría están regentados por población autóctona que os venderá lana bovina o alpaca, y todo a precios más que razonables. Jerseys, calcetines, bufandas y hasta gorros que os harán falta durante la travesía,…Todo es apetecible y merece la pena. Podría seguir relatando los pequeños grandes lujos que ofrece esta corta travesía, pero, ¿para qué?. Lo mejor es embarcarse y sentir la sensación de que a pesar de nuestros problemas cotidianos y de nuestras incertidumbres diarias, una, a veces, es una gran privilegiada de la vida
CONSEJO: Ahora que se acercan las Navidades buscad en su web (www.australis.com) porque con frecuencia salen ofertas que os pueden interesar. Pocos sitios hay tan exclusivos, y propicios para presumir con las amigas o en el trabajo.