Napoleón se alojó aquí durante varios meses y ahora se ha convertido en un barrio moderno por el que bien merece la pena darse un largo paseo para tomar un café en sitios excepcionales o hacer algunas compras de esas que provocan envidia a tus amigas. ¿Me acompañas?.
El punto de partida bien puede ser la Plaza Garibaldi, uno de los lugares más animados de la ciudad. Lleno de cafés y terrazas, sentarse a contemplar los fabulosos edificios ocre con contraventanas verdes, os permitirá disfrutar de un café con pausa. ¿Y por qué digo esto?. ¿Sabíais que en Niza no existe eso del ‘take away’?. Lo intenté en varios sitios y fue imposible. Y teníais que ver con qué cara me miraban los camareros. No conciben que nadie salga disparado sin saborear cada sorbo. Al final determiné que si no puedes vencer a tu enemigo, hay que unirse a él. Y eso hice…
Las marcas francesas de belleza son reputadas, especialmente las de Provenza. Elaboradas con productos de calidad y aromas de la tierra como lavanda, violeta o limón son muy agradables de usar. La compagnie de Provence es una de las imprescindibles, pero en el barrio tenéis que entrar en ‘Berenice et Eglantine’. En el 35 de la Rue Pairolière, encontraréis productos 100% biológicos: jabones de Marsella, champoo, gel de baño y crema para el cuerpo ecológica hechas a mano. Si os interesa especialmente este campo sabed que regularmente organizan talleres para producir uno mismo estos productos.
Una vez en la Calle Napoleón Bonaparte, una de las más importantes del barrio, fijaros en el número 6. Se trata de una tienda de restauración de muebles antiguos, ‘Atelier Bonaparte’ en la que también podréis adquirir cosas como varitas mágicas de madera. Sí, sí, un recuerdo que os permitirá ser hadas o brujas según vuestra conveniencia. Ya que estáis, mirad la place que hay en la casa de al lado. Recuerda que fue en esa vivienda, en la época propiedad del Conde Laurenti, donde el entonces General de Brigada y Comandante de Artillería se alojó durante 9 meses. La importancia histórica del personaje ha hecho que cada lugar que pisó se haya convertido después de sitio remarcable para los propietarios del edificio. En cualquier caso no parece un lugar especialmente lujoso, nada comparable desde luego con los palacios que habitó cuando se convirtió en Emperador de Francia.
Seguimos nuestro recorrido por una gallería de arte excepcional, ‘Atelier Frega’. Regentada por Patrick Frega él se define como un artista de corazón y sangre nisarda, pero fuertemente ligado a sus orígenes italianos. Aunque cuando sintió la llamada del arte no le permitieron acceder a la escuela de Bellas Artes, lo cierto es que en este local ha conseguido un espacio arte moderno con mucho gusto y piezas únicas.
Incluidos unos retratos con Grafito que elabora él mismo y que son francamente fabulosos. Si queréis saber qué es lo último en arte contemporáneo, lo que en unos años os encontraréis en todos los museos, aquí tenéis una parada obligatoria. Está en el 3 de la Rue Martin Seytour. Ah, otro detalle, suele tener un DJ que anima la estancia. Pero si estáis cansadas, vamos a tomarnos un break que nos lo merecemos…
Dos sitios a tener en cuenta: ‘Comptoir Central Electrique’, que como su propio nombre indica se trata de una antigua central eléctrica reconvertida en un café, pero que guarda algunos elementos antiguos como decoración; y ‘O’quotidien’, una dirección que propone ‘lo natural todos los días’. De decoración vintage, como si fuera una bodega de las de siempre ofrece cafés, tés y zumos ecológicos.
Más allá del barrio recordad que las posibilidades de ‘shopping’ en Niza son grandes. Los mercadillos nocturnos os ofrecerán piezas únicas y originales a precios asequibles. Los más interesantes se encuentran en ‘Cours Saleya’ una de las plazas más animadas de la ciudad a cualquier hora del día y en la ‘Place du Palais’. Bisutería, bolsos de telas provenzales o pinturas con paisajes típicos de la Costa Azul están al alcance de la mano.
También son fabulosos los chamarileros o tiendas de Segunda Mano. En Saleya encontraréis varios, pero me gustaría recomendaros especialmente el que hace esquina con la Rue Sainte-Marie o la Carriera Santa-María. Recordad que aquí, los nombres de todas las calles están en dos idiomas, francés y dialecto provenzal. El lugar esconde muchos pequeños tesoros como batas orientales, sombreros desmontables o libros antiguos.
Atención también a los pendientes de múltiples colores. Os lleváis algo original con lo que llamaréis la atención en cualquier fiesta. Si sois ‘cocinitas’ aprovechad y comprad especies que difícilmente encontraréis en otro lugar: sal azul persa, curry de Madrás…Los guisos, con estos condimentos, saben a otra cosa…Y una última parada imprescindible, sobre todo para las golosas: La ‘Confiterie Henri Auer’.
El local es ya una preciosa joya en la que se han grabado varias películas francesas. Sólo por verlo merece la pena entrar. Y si entráis ya aviso que será difícil que salgáis sin llevaron algo en el bolsillo. El negocio lo inició a principios del XIX un suizo que se estableció en la ciudad. Al principio se hicieron famosos por sus frutas confitadas, pero ahora sus chocolates tienen fama, así como sus marron glacés. La elección es vuestra, lo único seguro es que acabaréis chupándoos los dedos. Recordad que Iberia Express tiene rutas que unen la ciudad francesa con Madrid en un abrir y cerrar de ojos. Una oportunidad única para disfrutar del increíble encanto y mestizaje de Niza